Sunday, November 20, 2011
Microcosmos (de Nazim Hikmet)
Saturday, April 09, 2011
Luces, por favor
Wednesday, April 06, 2011
I - de Oliverio Girondo (El libro del Espantapájaros)

Monday, February 28, 2011
Clasificados - Neurosis
Hombre desparramado busca marcador indeleble que pueda delinear contornos convincentes.
Thursday, January 13, 2011
Pedacito de "El otro cielo", de Cortázar

Wednesday, December 01, 2010
Una flor para la tumba de un vasquito
Fuiste vasco y ya estabas muerto cuando te conocí, pero parece que una sola no te bastaba porque hoy volviste a enterrarte entre mi gente. Y yo, que tengo tuberculosis con el tiempo y un hueso en la garganta desde el siglo tres, pasé horas revisándome los dedos, la piel, busqué entre las articulaciones, incluso por el pelo y nada, y no encuentro el nombre que puede tener la herida de la despedida lejana de un desconocido.
-"Dejó en herencia un verso de Neruda, un tazón con pestañas de papel flotando en el café y una guitarra tísica y viuda".
Te llamaste Mezo Bigarrena, amigo de Chico Buarque, Abonizio y Sabina, desertor de amistades a los tiros por algunos caprichos con corpiño. Y mirá vos, hoy descubro que las Flores en su Entierro de Joaquín y Fito eran para tu tumba. Compañero okupa de una casa abandonada y marino mercante crucificado en un resumidero. Y a mí qué me tiene que venir a morder tu muerte a tantos años de distancia, piedrita gris del ripio.
-"Era un tipo impresionante. Era jodido estar muchas horas con él porque siempre la veía sin anestesia".
¿Por qué en el manuscrito original de "En este barrio" escribiste "dicen que quieren rockanroll y algunos hasta se fuman un puerro", si después de todo ya no tengo a nadie en el mundo que pueda entender eso? Dejar la vida untada fuerte en cada canción, y encima asegurar que "con el que ha perdido siempre estaré, pero nunca nunca con todos los que no se la han jugao". Y qué fue eso de mirar a los ojos a la señora católica que te encontró tirado en la calle, que te puso unos roperos viejos y una cucha en un galpón del fondo, y decirle "Luisita, Dios ha muerto".
Antes de hoy sabía de tus viajes de ida y los adoquines coloridos que le pusiste al cielo azul de Rosario, y tu buscar y buscarás y rebuscarás como un mendigo de lata pateando plazas. ¿Pero a mí qué me tenía que importar, zapatito gastado sin ser viejo?
-"Veinte años atrás lo conocí en Londres, conspirando contra Franco. Era el rey del aceite de hashís y le excitaba más robar un banco que el mayo de París".
El gran golpe esperaba más allá de tu mano y año tras año se iban yendo así. "Nací el día del loco y moriré el día del loco" decías y dejame adivinar, no con la voz puesta en el orgullo postizo sino como una cicatriz, un susurro que pide una puerta o un sorbo de alivio, y un día y nada más, solamente un día despejado de nubes negras para poder creer la mentira de estar salvados.
-"Lo poco que tenía lo invirtió en un hueso de lujo para el perro, y en pagar al contado la mejor corona que encontró... para que hubiera flores en su entierro".
"Hoy voy a ver si mi cuerpo resiste los embates dementes de la soledad". Y nadie lo esperaba porque no hubo quién conozca las arrugas más profundas de tu sonrisa. "Y el amor es juego de plebeyos que buscamos ardientes cómo triunfar". Y yo lo sé, una camisa hecha viento puede empujar a todos los veleros, y nadie jamás sospecha qué tempestades hay dentro de la caverna que sopla. Si "a esta vida no hay quién la aguante", si los pies soñaban con un salto, "si me tiro de un balcón y caigo en tu cama", si viste en ese árbol de Palermo un puente que te iba a ayudar a escapar lejos de vos, de vos, fogonazo de un líquido helado, veleta loca, reino de ruidos y también un gato peleador con sed de dragón. Te he descubierto y ya te conocía tan pequeño, tan primo hermano y tan espejo, y nos he llorado a los dos como lloraría un trapo, cuando fue mi luto de arena corriendo por tu voz el que cantó "mañana por la noche el misterio me habrá abandonado al fin".
Y saber que alguna vez cantaste, como un himno a la vida
- Hoy no quiero -
ni tampoco el lamento manto que me impide ver
Quiero ser sombra roja y una puerta abierta al amanecer,
un clarín anunciando el fin de tu atardecer
Ni tu amor enjaulado cansa a quien puedas mi bien
Asesino de nubes, voy queriendo saber quiénes están con quién
un perro rastreando tu piel y tu último amén
y en mi pecho ahorcando muero con quien me mata a mí
y en callado combate vamos viendo quién de los dos es el más fiero
si el que muere matando o el que llega primero
Quiero ser hombre alado, silbo que sea entendido,
cazador de sorpresas y una risa completa viviendo en su nido
una espada cantando y una rabia de niño
Hoy quiero irte queriendo donde nadie te quiso
para que el universo ande como sale un verso
desgarrarte el planeta para que seas libre y nadie te mande
respirando y viviendo, ni pequeño ni grande
el dia que me quieras...
quiere que me quiéreme
el dia que me quieras...
quiere que me quiéreme
el dia que me quieras...

Monday, November 22, 2010
107 (Cortázar)
La mejor cualidad de mis antepasados es la de estar muertos; espero modesta pero orgullosamente el momento de heredarla. Tengo amigos que no dejarán de hacerme una estatua en la que me representarán tirado boca abajo en el acto de asomarme a un charco con ranitas auténticas. Echando una moneda en una ranura se me verá escupir en el agua, y las ranitas se agitarán alborozadas y croarán durante un minuto y medio, tiempo suficiente para que la estatua pierda todo interés.

Friday, October 01, 2010
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO (versión de Serrat del poema de Gabriel Celaya)
más se palpita y se sigue más acá de la consciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
que golpea las tinieblas.
Cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades;
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades,
amorosas crueldades.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto
para ser y tanto somos, dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno,
Estamos tocando el fondo,
estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido,
partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mi a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto y canto y cantando más allá de mis penas,
de mis penas personales,
me ensancho, me ensancho.
No es una poesía gota a gota pensada,
No es un bello producto. No es un fruto perfecto,
es lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejen
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo,
Estamos tocando el fondo.

Thursday, September 16, 2010
Cuarto día
Jueves: el departamento es chico y un remolino de gorriones se metió por la ventana. Ventarrones, papelitos y despeines, y mi corazón tiene una capital donde acaba de estallar la anarquía.
Wednesday, September 15, 2010
Del libro Plástico Cruel (de José Sbarra)
Reuní un congreso de hormigas putas para que masticaran las hojas de tu recuerdo. Te borré de las paredes, del techo, del aire. Dediqué días y noches a borrarte. Lijé maderas, sombras y sábanas. Borré tu culo de las sillas. Hice un trabajo de borradería tan bueno que, si algún día volvés, cuando trates de hablar, verás que tenés borradas la lengua y las palabras.
Sunday, September 12, 2010
El Libro del Mal Amor (de José Sbarra)
a una almohada usada por mí para recordar
el roce de mi piel?
¿Alguien habrá permanecido despierto
... hasta la alta noche
para seguir amando con su mirada
mi egoísmo dormido?
¿Alguien habrá caminado por una calle desierta
de un país lejano murmurando mi nombre
llamándome?
¿Alguien habrá serenado su corazón
apretando contra su rostro
pequeñas ropas mías?
¿Alguien habrá preferido mi muerte
antes que verme
en brazos de otra persona?
¿Alguien habrá gozado
entrando al baño después de mí,
con el vapor,
la temperatura y los perfumes
de mi intimidad?
¿Alguien habrá deseado caer en el sueño
con mi sexo anclado en mi cuerpo?
¿O solamente yo
amé de esa manera?

Tuesday, September 07, 2010
Como tú, piedra (de León Felipe)
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú,
que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...

Sunday, September 05, 2010
El Tango de la Muerte (del Ale Dolina)
¡Deténgase la sucesión!
En una ausencia tan brutal
que es uno mismo el que no está.
Y no sentir ningún dolor
es lo que duele más.
Llegó el olvido, vencedor,
y ya el saqueo comenzó.
En la memoria sin guardián
libros de viento robará,
y de tu verso más cantor
nadie se acordará.
Yo juego con la carta más segura,
no importan los vaivenes de la suerte.
Aquí donde me ve, yo soy la Muerte,
el precio de la última aventura.
Yo soy mucho más fuerte que la vida,
yo soy la última rima del poema,
mi voz en todo acorde suena
y con cualquier camino yo hago esquina.
No hay que pensar ni preguntar:
yo soy mi propia explicación.
Soy el sentido y el motor
de la poesía y el amor.
La nada espera, vamos ya:
su tiempo terminó.

Thursday, August 26, 2010
Camarines (de Adrián Abonizio)
un vacio de rubor
no dice nada
Estás como un reflejo, un torbellino
con un lápiz de escribir
la dirección
para el angel que no encuentra la casita
la ciudad donde nunca más se sufre
Me serviste un tinto
y un jazmín del aire
me manché en el camarín
con rouge el traje
Estabas reflejada y enmarcada
en una luz de festival
que no culmina
y la luz voltaica te devora
y son horas de partir
lejos de este perro mundo
La luz se fue, y empecé a sonar
y yo canté hasta no dar más
una vez más, pedian más
y los odie, y odie el lugar
y cuando abri los ojos
ya no estabas
y cuando abri los ojos
ya no estabas más

Tuesday, August 17, 2010
Para ti, mi amor (de Jacques Prévert)
Saturday, August 14, 2010
Pedacito de "Frente al Mar del Timor" (de Hugo Foguet)
El poeta tenía razón cuando decía que la realdad es como una cebolla. Cada capa que le quitás te llena de lágrimas los ojos pero si no lavás con lágrimas tus pobres y queridas esperanzas decime con qué carajo vas a lavarlas.
Estas filosofías o como quieras llamarlas, terminaron esa mañana en La Ballena Azul con café con leche y tortillas...

Friday, July 30, 2010
¿Te presento a mi familia? (de Nando Dip)
Por detrás, o por el oeste, dependiendo de como agarrés el mapa, vienen voces y guitarras por igual... mi compadre Adrián se animó a dejar las partituras para poner un rato en ejercicio su bigote de cantante. Juan Carlos le sigue las notas con soltura, demostrando que para ponerle onda a la cuestión, la cabellera no hace falta (pero tampoco sobra). Marcos, Daniel, Jorge, Carlos y Carlos me enseñaron que no solo las guitarras son las necesarias... pero, ¿que es eso?!
Tantas son las voces, que no me gustaría olvidar ninguna... el tío Silvio, por ejemplo, hace unos días me comentó que estuvo haciendo un experimento de seguimiento colectivo, y llegó a una conclusión bastante interesante: "Los amores cobardes (me dijo) no llegan a amores o a historias. Se quedan allí."
No por mala intención, ni mucho menos por menospreciar a tantas gargantas cantantes tan geniales que tan seguramente estoy olvidando en este momento (lo cual suele suceder, puesto que somos familia muy numerosa), permitime que te presente (y que te muestre de paso que en mi familia no somos todos músicos) al tío J.R.R., a Gabriel, a Umberto, Julio, Howard, mi tía Alfonsina ... permiso! ¡permisoo! bueno, sabrás disculpar, pero es que la casa es chiquita, y se hace un poco incómodo que estén todos aquí. Sucede que cada vez que traigo a casa la noticia de que les voy a presentar a alguien, todos se amontonan para conocer de quien se trata... y justo hoy te traje a vos. ¿Ves? ¡Les encanta dar la bienvenida!
¡Vení! Están todos invitados... tal vez conozcas a algún que otro miembro de la familia... lo cual siempre te va a servir para entrar un poquito mas cómodo a las reuniones. Pero nada más que un poquito, eh? mirá que si te da vergüenza hablarles, se van a ofender.
Éste es el primo Quentin, que se dedicó a dirigir algo un poquito mas complicado que rol... o bueno, por lo menos mejor remunerado. Algo parecido hizo J. Michael, el del apellido raro. Salvo que el, en lugar de actores, últimamente está probando con las viñetas.
También vino el pato con apellido tano (protagonista del famoso dicho: "pato con guantes, ataja penales"), el primo Robin, el tío parche (médico de la familia), mi tío segundo Akira (que, aunque algunos lo pongan en duda, el "tío segundo" SI es parte de la familia) y Tino.
Como tutores a cargo de la pequeña casa, te presento a la tía Ceci (mas "mamá" que "tía" para mi gusto, pero ella insiste...), el viejo Raúl, José Luis, Maru, Jorge y el padrino Buho.
Todos astillas del mismo palo.
De mis hermanos... Otro día te los presento. Ellos son bastante mas escurridizos... Sobre todo mi hermano mayor.
¿Entonces? que decis... ¿vas a formar parte de mi familia? dejame que te de un par de advertencias, ya que si entrás, dificilmente puedas salir después. En esta familia te vamos a enseñar...
- A levantarte todos los días sin dejar que la rutina te aplaste... ¡hoy puede ser un gran día!
- A disfrutar de todo aquello que sea difícil...
- A abrazar con ganas
Y sobre todo, he de advertirte que en mi familia, los finales felices no existen. Aquí hace tiempo que aprendimos a disfrutar de el camino por andar, a proponernos lo imposible...
¿Que tiene de feliz un final?

Wednesday, July 07, 2010
No me olvides

Thursday, July 01, 2010
He andado muchos caminos (de un Machado Serrat)
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.

Sunday, June 06, 2010
Pterodáctilos (de José Sbarra)
En la era más estrambótica de la Tierra, los pterodáctilos fueron los únicos seres capaces de construir parejas absolutamente fieles.
En el caso de que muriese uno de los integrantes, el otro no formaba una nueva unión.
Si el pterodáctilo sobrevivía, dedicaba el resto de su existencia a deambular por los sitios frecuentados con su pterodáctila. Y realizaba este peregrinaje sin comer ni beber. Sin ir en búsqueda de otra compañera.
Poco a poco iba debilitándose hasta que moría, preferiblemente en el exacto lugar en el que había caído su pterodáctila.
2
Ella lo amaba. Volar hambrientos, pero juntos, le parece una fascinante aventura. Ama su coraje. Ama la paciencia de su vuelo sobre los volcanes. Lo considera un valiente. Ella lo ama. Ama que se olvide de comer por atrapar una piedra azul. Hay otros pterodáctilos, pero ninguno tiene su estrafalaria manera de planear. Ella lo ama. Desde el día en que conoció a ese tonto pterodáctilo nunca se separó de su lado. Por eso él sabe que ella lo ama.
3
En la sinfónica turbulencia de la atmósfera, entre nubes doradas, un pterodáctilo vuela junto a su pterodáctila. Sus ojos antediluvianos son los espejos del fuego en el corazón de los volcanes. Vuelan juntos. Como viajeros elegantes.
¿De qué sirve un pterodáctilo sin su pterodáctila?
Toda la Tierra con sus ardientes temperaturas y con sus inesperados desplazamientos les ordena amarse.
Y sobre la catedral volcánica del planeta, y sin saberlo, los pterodáctilos están amándose.
4
De pronto su vuelo se interrumpió. La pterodáctila cayó por un túnel transparente en el aire. Cayó sobre la arena como una roca. Como un meteorito atraído terriblemente por la Tierra.
Estaba en vuelo y el vuelo se detuvo como un amor que dice que no. Un instante de desconcierto y luego la pterodáctila cayó.
El pterodáctilo volaba a su lado. Supo el momento preciso en que su pterodáctila cayó. Pero no miró hacia abajo. Negó el vacío. La implacable vertical de la caída.
Miró hacia un costado y hacia otro. No la vio. Se resistió a aceptar lo demasiado obvio. Y no se animó a mirar hacia abajo. Con espanto volvió la cabeza hacia un costado y hacia el otro.
La buscó en todas las posibilidades de vuelo. Nunca miró hacia abajo.
Aterrizó en la playa.
Caminó con la vista más allá del presente, buscándola lejos. Lejos. Se detuvo sin verla. Intuyó la presencia de una roca nueva sobre la arena. El pterodáctilo cubrió su cara con cuarenta millones de años.
Una tras otra resbalaron sus monumentales lágrimas.
En la boca ígnea de los volcanes resonaron sus alaridos. Pero nunca miró hacia el sitio del dolor.
5
Vuela. No lo distraen las piedras azules que saltan de los volcanes. Sigue su rumbo. Y su rumbo es buscarla.
Sus retinas sólo reflejan la imagen de ella. Cree verla en el movimiento de una rama o sobre la cresta salvaje de una ola.
No se pregunta por qué se fue. Se pregunta hacia dónde.
Su cabeza de cretáceo no puede concebir un abandono, sólo un extravío.
Es puro volar sin calma, un vivir buscándola para salvarla y salvarse al tiempo que la salva. Sin ella, volar es un acto inútil.
Se tropieza con las nubes y confunde el cielo con el mar. Va de un lado hacia otro, desorientado y torpe. Fatiga tanto el vuelo si se vuela solo. No quiere volar. Quiere querer.
No los unían los proyectos ni la costumbre. Los unía el volar sabiendo que el otro volaba al lado. Los unía ese voltear la cabeza en el mismo instante como para decirse:
¿Ves?, estamos volando.
6
Con larval inocencia un pterodáctilo busca a su pterodáctila. El no sabe nada de la muerte. Sólo sabe planear con ella como dos gigantes remeros del espacio. Sólo sabe que un pterodáctilo y una pterodáctila son un mismo cuerpo. Y ahora a él le falta una parte.
Ella murió una noche en que los cielos eran dorados. Aún está sobre la arena su cadáver fosilizándose, pero él insiste en la búsqueda porque eso no es ella, no es su pterodáctila: le falta el vuelo, la mirada y el olor del amor: Ignora las leyes de la naturaleza, cree en el reencuentro. Si necesita a su pterodáctila tiene que ser porque en algún sitio ella lo espera.
Vuela chocando contra todas las salientes de la noche. Va una y otra vez por los lugares que conocieron juntos. Desde la orilla de aquel lago vieron la primera lluvia de estrellas, en ese cráter la tuvo entre sus alas. Vuelve al cielo. Insiste en la búsqueda. Es una esperanza en vuelo y condenada.
Desde lo alto de la noche color magenta se lanza en picada. Solitario y en silencio se desploma en ese fragmento de playa que nunca quiso mirar.

Friday, May 14, 2010
Bienbenito (de Iván Noble)

Friday, April 23, 2010
Pedro Navaja (de Rubén Blades)
-Gabriel García Márquez
Por la esquina del viejo barrio lo ví pasar,
con el tumba´o que tienen los guapos al caminar,
las manos siempre en los bolsillos de su gabán
pa´ que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal.
Usa un sombrero de ala ancha de medio la´o
y zapatillas por si hay problema salir vola´o,
lentes oscuros pa´ que no sepan qué está mirando
y un diente de oro que cuando ríe se ve brillando.
Como a tres cuadras de aquella esquina una mujer
va recorriendo la acera entera por quinta vez
y en un zaguán entra y se da un trago para olvidar
que el día está flojo y no hay clientes pa´ trabajar.
Un carro pasa muy despacito por la avenida,
no tiene marcas, pero to´s saben que es policía.
Pedro Navaja, las manos siempre dentro el gabán,
mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar.
Mientras camina pasa la vista de esquina a esquina,
no se ve un alma, está desierta to´ la avenida
Cuando de pronto esa mujer sale del zaguán
y Pedro Navaja aprieta un puño dentro el gabán.
Mira pa´ un la´o, mira pa' el otro y no ve a nadie,
y a la carrera, pero sin ruido, cruza la calle.
Y mientras tanto en la otra acera va esa mujer
refunfuñando pues no hizo pesos con qué comer.
Mientras camina del viejo abrigo saca un revólver, esa mujer,
y va a guardarlo en su cartera pa´ que no estorbe.
Un treinta y ocho "Smith & Wesson" del especial
que carga encima pa´ que la libre de todo mal.
Y Pedro Navaja, puñal en mano, le fué pa´ encima,
el diente de oro iba alumbrando to´a la avenida,
mientras reía el puñal le hundía sin compasión,
cuando de pronto sonó un disparo como un cañón.
Y Pedro Navaja cayó en la acera mientras veía a esa mujer
que, revólver en mano y de muerte herida, a él le decía:
"Yo que pensaba: hoy no es mi día, estoy sala´,
pero, Pedro Navaja, tú estás peor: no estás en na´".
Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió.
No hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloró.
Sólo un borracho con los dos cuerpos se tropezó,
cogió el revolver, el puñal, los pesos y se marchó.
Y tropezando se fue cantando desafina´o,
el coro que aquí les traje mira el mensaje de mi canción:
"La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!"
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!
Pedro Navaja matón de esquina, quien a hierro mata a hierro termina
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ¡ay, Dios!
Pedro Navaja, maleante pescador, mal anzuelo que tiraste,
en vez de una sardina un tiburón enganchaste
I like to live in America
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!
Ocho millones de historias tiene la ciudad de Nueva York.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!
Como decía mi abuelita: "El que último ríe , se ríe mejor"
I like to live in America
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida
Cuando lo manda el destino, no lo cambia ni el más bravo,
si naciste pa´ martillo, del cielo te caen los clavos
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!
Barrio de guapos cuida´o en la acera,
cuida´o camara´ que el que no corre vuela
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!
Como en una novela de Kafka el borracho dobló por el callejón
La vida te da...

Saturday, April 03, 2010
BAUDELERIANA -poster- (de José Sbarra)
por favor suicídense
por asco por locura
por resentimiento por narcisismo
para no dejarse morir lentamente
por asombro ante la maldad
por asfixia por horror
por soledad
por amor
dentro de lo posible por amor
pero por favor
suicídense.
Y si alguien les pregunta
qué hora es
respondan sin dudarlo
es la hora de suicidarse.
Wednesday, March 03, 2010
Sailing to Byzantium (de William Butler Yeats)
in one another's arms, birds in the trees
- those dying generations - at their song,
the salmon-falls, the mackerel-crowded seas,
fish, flesh, or fowl, commend all summer long
Whatever is begotten, born, and dies.
Caught in that sensual music all neglect
monuments of unageing intellect.
An aged man is but a paltry thing,
A tattered coat upon a stick, unless
soul clap its hands and sing, and louder sing
for every tatter in its mortal dress,
nor is there singing school but studying
monuments of its own magnificence;
And therefore I have sailed the seas and come
to the holy city of Byzantium.
O sages standing in God's holy fire
as in the gold mosaic of a wall,
come from the holy fire, perne in a gyre,
and be the singing-masters of my soul.
Consume my heart away; sick with desire
and fastened to a dying animal
it knows not what it is; and gather me
into the artifice of eternity.
Once out of nature I shall never take
my bodily form from any natural thing,
but such a form as Grecian goldsmiths make
of hammered gold and gold enamelling
to keep a drowsy Emperor awake;
Or set upon a golden bough to sing
to lords and ladies of Byzantium
of what is past, or passing, or to come.

Tuesday, March 02, 2010
Viaje
Sunday, February 21, 2010
Desvelo
De noche me despierto con la lengua con sabor a fuego y el centro de la galaxia latiéndome abajo del cuello. Inmediatamente me incorporo y me pongo a planear conspiraciones de piedras contra los vitrales más altos. Después cuelgo a la muerte en una percha y camino haciendo equilibrio por las líneas del asfalto de una carretera secreta. Si hay luz de luna y un viento oloroso a tierra, me uno a una cuadrilla de ideales pistoleros y andamos por ahí tirando la bronca hasta armar una guerra que libere pueblos de palabras esclavas.
Me la paso dibujando cosmogonías, estrella por estrella, y cuando se escapa un cometa me le subo al galope como a un caballo. Entonces saco el mapa del imperio de las catedrales y voy por su ruta soplando un cuerno para verlas desplomarse ante la voluntad de cada ladrillo.
Ahí es cuando decido echar barro sobre el cuero del olvido. Escribo cartas viajeras que dejan su nido en la adolescencia y se alejan en bandada hasta que las atrapan ciertas mujeres voladoras, y paso a pie descalzo por los tejados apuntando bien alto el mosquete.
De noche abarco y aprieto. De noche conquisto el firmamento esperando ansioso el contraataque del sol.
Pero cuando el día se levanta puntual me encuentra en alguna cama, blando como un queso. Me destapa, me cachetea, me ata las zapatillas y me lava los dientes para sacarme a la calle a empujones. Me carga por la vereda, sosteniéndome del mentón como a un muñeco educado, para eso de guardar las apariencias. Entonces me sacude de aquí para allá igual que a una pelota de pinball, mientras me despulga las ilusiones.
De repente llega el sol, y yo soy un rulemán obediente en los pistones de la ciudad. Donde sea que arrojen mi esqueleto, tengo que rodar unos metros más allá. El cuento siempre repite la primera página y yo, sonámbulo, corrijo expedientes, hago la fila, espero luz verde, cobro mi sueldo, doy las gracias y hasta luego.
Pero resulta que a veces, cuando llueve, me ven pateando charcos y pregonando libertinajes a diez voces, rebotando afuera de la ley en un cuerpo dormido, mientras sueño que escapo descalzo por las cornisas y los techos, bajo la luz de una luna blanca y despechada.

Wednesday, January 27, 2010
Corazón de Barco (de Adrián Abonizio)
que apenas pueden sostenerse;
la derecha tira al viento
y la izquierda tira redes.
Y al abrir los ojos de mañana,
cuando comprendo donde estoy,
creo que el mundo cabe en mi cama
pero me creo lo que no soy.
Corazón de barco,
furia reprimida,
marea alta con las velas cortas,
si lo que importa no es esta vida.
Corazón de barco,
todo lo abandonas,
será tu origen de bosques lejanos
eso de andar buscando lo imposible.
La abulia de los domingos
clava su arenal en mí.
Estoy desnudo, sólo recuerdo
el astillero donde nací.
Y me hago daño creyendo
que alguien vendrá desde la orilla
me creo libre, pero dependo
que ella se suba a sus costillas.
Corazón de barco,
furia reprimida,
marea alta con las velas cortas,
si lo que importa no es esta vida.
Corazón de barco,
todo lo abandonas,
será tu origen de bosques lejanos
eso de andar buscando lo imposible...

Monday, January 11, 2010
Woodyallenmente


Thursday, November 05, 2009
Shine on you crazy diamond (de Pink Floyd)
Remember when you were young, you shone like the sun.
Shine on, you crazy diamond.
Now there's a look in your eyes, like black holes in the sky.
Shine on, you crazy diamond.
You were caught on the crossfire of childhood and stardom,
Blown on the steel breeze.
Come on, you target for faraway laughter,
Come on, you stranger, you legend, you martyr, and shine.
You reached for the secret too soon, you cried for the moon.
Shine on, you crazy diamond.
Threatened by shadows at night, and exposed in the light.
Shine on, you crazy diamond.
Well you wore out your welcome with random precision,
Rode on the steel breeze.
Come on, you raver, you seer of visions,
Come on you painter, you piper, you prisoner, and shine...

Sunday, October 25, 2009
Cuento de arena (de Jairo Aníbal Niño)
Un día la ciudad desapareció. De cara al desierto y con los pies hundidos en la arena, todos comprendieron que durante treinta largos años habían estado viviendo en un espejismo.
Wednesday, September 02, 2009
Ernest Mandel (Osvaldo Soriano)
TEÓRICO DE LA REVOLUCIÓN
(O. Soriano)
Cuando me enteré de la muerte de Ernest Mandel, el último gran teórico del marxismo contestatario, no me sentí con suficiente autoridad para escribir un artículo sobre él y su obra. Después, al ver que los diarios lo recordaban como un dinosaurio enterrado hace millones de años, me dije que al menos debía dar cuenta de la noche en que lo conocí en Ixelles, cerca de Bruselas, allá por 1877.
Mandel llegó a ser el trotskista más notorio del mundo, heredó la dirección de la IV Internacional y fue reconocido o negado por los suyos con la terrible virulencia con que suelen hacerlo los seguidores del creador del Ejército Rojo. A los dieciséis años se incorporó a la Resistencia contra los nazis, entró en el socialismo para crearle un ala izquierda y en 1940, el mismo año en que Trotsky fue asesinado en México por orden de Stalin, se incorporó a las filas del internacionalismo. En los años sesenta, publicó un libro de referencia para la discusión de la economía: Tratado de economía marxista. Al poco tiempo lo pusieron preso por agitador y al salir de la cárcel era uno de los intelectuales rojos más temidos de la tierra. Pasó clandestinamente por decenas de países tratando de unir los desgajamientos trotskistas. Quería hacerles entender a sus camaradas que la revolución no estaba a la vuelta de la esquina, que Marx había incluso previsto la eventualidad de una tremenda derrota (pasarán cincuenta, cien, doscientos años antes de que la clase obrera tome conciencia de su explotación), y que el stalinismo era el principal enemigo del célebre “¡Trabajadores del mundo: únanse!”.
Su libro más traducido, La tercera edad del capitalismo, conocido a principios de los años setenta, anticipa la euforia mercantilista del reaganismo, la tristeza del menemismo y unas cuantas cosas más. En 1983, Mandel publicó en Inglaterra, donde sus seguidores eran más numerosos que en otros países, Power and Money, que muchos consideran su obra mayor. En 1987, ya profesor de economía en la Universidad Libre de Bruselas, se dio el gusto de escribir Meurtres esquís (Asesinatos exquisitos), un curioso ensayo sobre la novela negra.
Sus giras clandestinas solían terminar en escándalos: expulsado de Australia, Francia, Alemania, Suiza y naturalmente Estados Unidos, es posible que haya estado de incógnito en la Argentina en tiempos de Frondizi, aunque él se negó a confirmarlo aquella noche en que lo conocí. Eran los días del gloria del general Bussi, del almirante Massera, del antisemita Ramón Camps, en los que mataban o desaparecían gente en montones, ciudades y mares.
Y bien: alguien le pidió a Mandel que explicara cómo podía ser que el Partido Comunista Argentino diera a Videla un “apoyo crítico”. Fijamos una fecha en Ixelles y allí acudimos los acusados de montar una campaña antiargentina a escuchar lo que decía Ernest Mandel, sucesor de Trotsky, enemigo de los capitalistas y censor de todos los soviets.
Llegó solo a la reunión, sin custodia ni chicas que le hicieran la corte: dejó unos libros sobre la mesa, limpió los anteojos con un pañuelo de papel, se quitó el sobretodo lustroso, raído, y el echarpe marrón. Enseguida me hizo acordar al profesor socialista que Marcello Mastrroianni interpreta en Los compañeros, la película de Monicelli, el expulsado perpetuo, el predicador pesimista. Empezó a hablar y al rato ya se estaba peleando con todos. No decía una sola palabra de las que uno tenía ganas de escuchar, explicaba el mecanismo económico y social que había llevado a la Argentina al desastre desde Uriburu hasta Videla. Nos preguntó qué era de la vida de don Arturo Illia, al que consideraba un gran hombre; preguntó con ansiedad si se había plegado a la aprobación como Balbín y Frondizi o al silencio como tantos otros. Quiso saber de Agustín tosco y también de los sindicalistas amarillos, que conocía uno por uno. Desmenuzó la lógica del comunismo criollo que se plegaba a las sugerencias de Moscú y por primera vez en mi vida oí a un marxista hablar de la revolución informática y de la manera en que cambiaría al mundo. Dejó que lo insultaran y le dijeran que podía meterse sus libros en el culo. Sonreía con ironía y a veces respondía golpeando la mesa con un puño. Tenía la elegancia del despojamiento, las maneras corteses y virulentas de los revolucionarios del siglo XIX. Aunque pocos como él conocían la marcha del capitalismo posindustrial. La charla, convertida en asamblea, terminó pasada la medianoche.
¿Por qué recordar ahora a un tipo al que Menem le hubiera ganado diez elecciones seguidas? ¿Un profesor al que nadie escuchaba? Porque siempre decía algo que no esperábamos que dijera. Esa noche, militantes uruguayos, alemanes, chilenos y argentinos estaban furiosos contra él. La discusión siguió en los pasillos con un frío inolvidable. Tanto que ni siquiera nevaba. El local, que debía pertenecer a un sindicato, se fue vaciando. No había bares ni cervecerías cerca. Igual, nadie tenía con qué pagarse una comida. Nos quedamos en la vereda, ateridos, Mandel y unos pocos amigos. Recién al rato nos dimos cuenta de que estaba a pie y había perdido el último tren. El autor de Power and Money no tenía coche, custodia ni chofer. Lo que más le preocupaba era encontrar un lugar donde seguir la discusión.
Habíamos llegado en un viejo Citroën con una imposible patente holandesa y nos ofrecimos a llevarlo. Aceptó y ahí nomás salimos a treinta por hora en la helada noche belga, con el profesor más perseguido del mundo sentado en las rodillas. Hablaba castellano con los latinoamericanos, alemán con el que manejaba y portugués con la chica que iba al lado. Ya en Bruselas nos invitó a subir a su departamento. Estaba lleno de libros, en las bibliotecas, en el suelo, sobre la mesa, en el baño, arriba de la heladera, debajo de la pileta y al lado de la cama.
No nos hicimos trotskistas por eso, pero el alemán, que ya lo era, le comió las salchichas que tenía en la heladera y nosotros le tomamos la cerveza y acabamos con el queso. Compré su libro sobre la novela negra en París y me pareció que se le iba la mano con la ideología. Eso es todo. No volví a verlo. Murió en Bruselas de un ataque al corazón a los 73 años. Antes había refutado a los liberales, demostrado las contradicciones de patrones y obreros, pronosticado la caída del imperio soviético y adivinado el fin de la era del trabajo asalariado. “Lo que cuenta –decía- es el conocimiento.” Tal vez por eso los medios hablan de él como de un dinosaurio.
Thursday, August 20, 2009
La Pena de Muerte (de María Elena Walsh)
Me arrojaron a los leones por profesar una religión diferente a la del Estado.
Fuí condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio encarnado en mi pobre cuzco negro, y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco.
Fuí descuartizado por rebelarme contra la autoridad colonial.
Fuí condenado a la horca por encabezar una rebelión de siervos hambrientos. Mi señor era el brazo de la justicia.
Fuí quemado vivo por sostener teorías heréticas, merced a un contubernio católico-protestante.
Fuí enviada a la guillotina porque mis Camaradas revolucionarios consideraron aberrante que propusiera incluir los Derechos de la Mujer entre los Derechos del Hombre.
Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios.
Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote, a causa de una interna de federales.
Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente.
Fui enviado a la silla eléctrica a los veinte años de mi edad, sin tiempo de arrepentirme ó convertirme en un hombre de bien, como suele decirse de los embriones en el claustro materno.
Me arrearon a la cámara de gas por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos.
Me condenaron de facto, por imprimir líbelos subversivos, arrojándome semivivo a una fosa común.
A lo largo de la historia, hombres doctos ó brutales supieron con certeza qué delito merecía la pena capital. Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable.
Jamás dudaron de que el castigo fuese ejemplar.
Cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede en cuatro patas.

Wednesday, July 29, 2009
Fundición y forja (de Jairo Aníbal Niño)
Monday, June 29, 2009
Poema (de Julio Zabala)
no es sólo el que enseña a leer libros
de ciencias, historia, filosofía
y de tantas cosas exóticas
de que habla la gente.
Hermano, yo pienso que alfabetizar es enseñar
a leer en los ojos:
el dolor de los pueblos,
la enfermedad de los niños,
la angustia de la mujer que pare en la calle,
la tos del minero que escupe y mancha de sangre,
la estatua de la libertad neoyorquina.
Hay que aprender a leer
el hambre que toca a la puerta,
el frío que va por la calle,
la oscuridad del que busca
y no encuentra.
Cipriano, yo pienso que
primero debemos alfabetizar
a los que saber leer libros,
pero no saben leer el dolor de los hombres.

Monday, June 01, 2009
El gigante de ojos azules (de Nazim Hikmet)
Un gigante de ojos azules
Amaba a una mujer pequeña
Cuyo sueño era una casita
Pequeña, como para ella,
Que tuviera al frente al jardín
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººº con temblorosas madreselvas.
El gigante amaba en gigante,
Su mano, a grandes obras hecha,
Mal podía construir los muros
Ni usar el timbre de la puerta
De una casita con jardín
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººº con temblorosas madreselvas.
El gigante de ojos azules
Amaba a esa mujer pequeña
Que pronto se cansó, mimosa,
De tan desmesurada empresa
Que no concluía en un jardín
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººº con temblorosas madreselvas.
Adiós, ojos azules, dijo.
Y, con graciosa voltereta,
Del brazo de un enano rico
Penetró en la casa pequeña
Que tenía al frente un jardín
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººº con temblorosas madreselvas.
El gigante comprende ahora
Que amores de tanta grandeza
No caben ni siquiera muertos
En esas casas de muñeca
Que al frente tienen un jardín
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººº con temblorosas madreselvas.

Sunday, May 31, 2009
Tuesday, May 12, 2009
Justicia I
Disculpen la molestia (por Eduardo Galeano)
Quiero compartir algunas preguntas, moscas que me zumban en la cabeza.
¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés?
El zapatista de Irak, el que arrojó los zapatazos contra Bush, fue condenado a tres años de cárcel. ¿No merecía, más bien, una condecoración?
¿Quién es el terrorista? ¿El zapatista o el zapateado? ¿No es culpable de terrorismo el serial killer que mintiendo inventó la guerra de Irak, asesinó a un gentío y legalizó la tortura y mandó aplicarla?
¿Son culpables los pobladores de Atenco, en México, o los indígenas mapuches de Chile, o los kekchíes de Guatemala, o los campesinos sin tierra de Brasil, acusados todos de terrorismo por defender su derecho a la tierra? Si sagrada es la tierra, aunque la ley no lo diga, ¿no son sagrados, también, quienes la defienden?
Según la revista Foreign Policy, Somalia es el lugar más peligroso de todos. Pero, ¿quiénes son los piratas? ¿Los muertos de hambre que asaltan barcos o los especuladores de Wall Street, que llevan años asaltando el mundo y ahora reciben multimillonarias recompensas por sus afanes?
¿Por qué el mundo premia a quienes lo desvalijan?
¿Por qué la justicia es ciega de un solo ojo? Wal-Mart, la empresa más poderosa de todas, prohíbe los sindicatos. MacDonald’s, también. ¿Por qué estas empresas violan, con delincuente impunidad, la ley internacional? ¿Será porque en el mundo de nuestro tiempo el trabajo vale menos que la basura, y menos todavía valen los derechos de los trabajadores?
¿Quiénes son los justos, y quiénes los injustos? Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?
¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de crimen organizado?
Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.
Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina 3 millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren 15 niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?
¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?
¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.
Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.
En el mundo al revés, dan miedo hasta los más elementales actos de justicia y sentido común. Cuando el presidente Evo Morales inició la refundación de Bolivia, para que este país de mayoría indígena dejara de tener vergüenza de mirarse al espejo, provocó pánico. Este desafío era catastrófico desde el punto de vista del orden racista tradicional, que decía ser el único orden posible: Evo traía el caos y la violencia, y por su culpa la unidad nacional iba a estallar, rota en pedazos. Y cuando el presidente ecuatoriano Correa anunció que se negaba a pagar las deudas no legítimas, la noticia produjo terror en el mundo financiero y el Ecuador fue amenazado con terribles castigos, por estar dando tan mal ejemplo. Si las dictaduras militares y los políticos ladrones han sido siempre mimados por la banca internacional, ¿no nos hemos acostumbrado ya a aceptar como fatalidad del destino que el pueblo pague el garrote que lo golpea y la codicia que lo saquea?
Pero, ¿será que han sido divorciados para siempre jamás el sentido común y la justicia?
¿No nacieron para caminar juntos, bien pegaditos, el sentido común y la justicia?
¿No es de sentido común, y también de justicia, ese lema de las feministas que dicen que si nosotros, los machos, quedáramos embarazados, el aborto sería libre? ¿Por qué no se legaliza el derecho al aborto? ¿Será porque entonces dejaría de ser el privilegio de las mujeres que pueden pagarlo y de los médicos que pueden cobrarlo?
Lo mismo ocurre con otro escandaloso caso de negación de la justicia y el sentido común: ¿por qué no se legaliza la droga? ¿Acaso no es, como el aborto, un tema de salud pública? Y el país que más drogadictos contiene, ¿qué autoridad moral tiene para condenar a quienes abastecen su demanda? ¿Y por qué los grandes medios de comunicación, tan consagrados a la guerra contra el flagelo de la droga, jamás dicen que proviene de Afganistán casi toda la heroína que se consume en el mundo? ¿Quién manda en Afganistán? ¿No es ése un país militarmente ocupado por el mesiánico país que se atribuye la misión de salvarnos a todos?
¿Por qué no se legalizan las drogas de una buena vez? ¿No será porque brindan el mejor pretexto para las invasiones militares, además de brindar las más jugosas ganancias a los grandes bancos que en las noches trabajan como lavanderías?
Ahora el mundo está triste porque se venden menos autos. Una de las consecuencias de la crisis mundial es la caída de la próspera industria del automóvil. Si tuviéramos algún resto de sentido común, y alguito de sentido de la justicia, ¿no tendríamos que celebrar esa buena noticia? ¿O acaso la disminución de los automóviles no es una buena noticia, desde el punto de vista de la naturaleza, que estará un poquito menos envenenada, y de los peatones, que morirán un poquito menos?
Según Lewis Carroll, la reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el país de las maravillas:
–Ahí lo tienes –dijo la reina–. Está encerrado en la cárcel, cumpliendo su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen será cometido al final.
En El Salvador, el arzobispo Óscar Arnulfo Romero comprobó que la justicia, como la serpiente, sólo muerde a los descalzos. Él murió a balazos, por denunciar que en su país los descalzos nacían de antemano condenados, por delito de nacimiento.
El resultado de las recientes elecciones en El Salvador, ¿no es de alguna manera un homenaje? ¿Un homenaje al arzobispo Romero y a los miles que como él murieron luchando por una justicia justa en el reino de la injusticia?
A veces terminan mal las historias de la Historia; pero ella, la Historia, no termina. Cuando dice adiós, dice hasta luego.
Friday, April 17, 2009
Saturday, April 11, 2009
Último
Un cuento. El camino de tierra y hojas secas que lleva a la cabaña en la barriga del bosque. El farolito abandonado en la inmensidad de la noche. Mi pelo sucio galopando hacia tus manos. Tu mundo mirando por la ventana y tu ventana esperándome a mí. Ya llego, ya llego para despeinarte y así naveguemos un poquito en la luna amarilla. Ya estoy, ya estoy aquí otra vez.
Todo cerrado. La música en el retumbe de las vigas. No hay arrullo ni manta para cobijar la nariz. No hay guarida que nos proteja de la boca negra del cielo. Maduraste. Se hizo la ley. No se admiten animales. Es el portazo en el hocico de un cachorro. Mi casa, mi leña, mi balsa en el mar. La fiesta adentro con melodía de trompetas. Sordas enfermas trompetas. Afuera la silla rota que ya no hace falta en tu cumpleaños. Y la lluvia. Y la cabaña. Y el otoño.
Un cuento...
Mi cuerpo, mi libro de ayer. El camino de tierra.
Solamente en un cuento se ama como te amaba yo.
Friday, March 27, 2009
Timing
Me deslizo hacia océano negro del cosmos en una balsa de nuez. En la gruta de mi pecho se acurruca una bestia herida. Tienes que atraparme ya.
Tienes que atraparme para que no caiga y me disuelva con los bloques destrozados. Necesito la carne de tus brazos latiendo con fuerza a mi alrededor. Sentir que tiemblas.
No me dejes caer en la extinción de las estrellas…no me dejes. Dóndeestasdondestás.
Espere afuera o muérase. En estos momentos da lo mismo.