...pero también quieren que el universo tenga un principio y que en el principio haya un tipo con una mente paranoica armando el mecano, dándole cuerda y poniéndolo a caminar en el día cero. ¿Y esto no es empezar también de la "nada"? Entonces cambiemos la mala palabra y digamos "siempre", desde siempre mon amour y el último día será el primero y los huesos se pondrán nuevamente de pie y la carne a pegarse a los huesos y la sonrisa a juntarse a los labios y tus ojos vendrán otra vez caminando desde la otra punta del universo.
El poeta tenía razón cuando decía que la realdad es como una cebolla. Cada capa que le quitás te llena de lágrimas los ojos pero si no lavás con lágrimas tus pobres y queridas esperanzas decime con qué carajo vas a lavarlas.
Estas filosofías o como quieras llamarlas, terminaron esa mañana en La Ballena Azul con café con leche y tortillas...
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