Wednesday, December 01, 2010

Una flor para la tumba de un vasquito

-"Excepto las de la imaginación, había perdido todas las batallas".

Fuiste vasco y ya estabas muerto cuando te conocí, pero parece que una sola no te bastaba porque hoy volviste a enterrarte entre mi gente. Y yo, que tengo tuberculosis con el tiempo y un hueso en la garganta desde el siglo tres, pasé horas revisándome los dedos, la piel, busqué entre las articulaciones, incluso por el pelo y nada, y no encuentro el nombre que puede tener la herida de la despedida lejana de un desconocido.

-"Dejó en herencia un verso de Neruda, un tazón con pestañas de papel flotando en el café y una guitarra tísica y viuda".

Te llamaste Mezo Bigarrena, amigo de Chico Buarque, Abonizio y Sabina, desertor de amistades a los tiros por algunos caprichos con corpiño. Y mirá vos, hoy descubro que las Flores en su Entierro de Joaquín y Fito eran para tu tumba. Compañero okupa de una casa abandonada y marino mercante crucificado en un resumidero. Y a mí qué me tiene que venir a morder tu muerte a tantos años de distancia, piedrita gris del ripio.

-"Era un tipo impresionante. Era jodido estar muchas horas con él porque siempre la veía sin anestesia".

¿Por qué en el manuscrito original de "En este barrio" escribiste "dicen que quieren rockanroll y algunos hasta se fuman un puerro", si después de todo ya no tengo a nadie en el mundo que pueda entender eso? Dejar la vida untada fuerte en cada canción, y encima asegurar que "con el que ha perdido siempre estaré, pero nunca nunca con todos los que no se la han jugao". Y qué fue eso de mirar a los ojos a la señora católica que te encontró tirado en la calle, que te puso unos roperos viejos y una cucha en un galpón del fondo, y decirle "Luisita, Dios ha muerto".

Antes de hoy sabía de tus viajes de ida y los adoquines coloridos que le pusiste al cielo azul de Rosario, y tu buscar y buscarás y rebuscarás como un mendigo de lata pateando plazas. ¿Pero a mí qué me tenía que importar, zapatito gastado sin ser viejo?

-"Veinte años atrás lo conocí en Londres, conspirando contra Franco. Era el rey del aceite de hashís y le excitaba más robar un banco que el mayo de París".

El gran golpe esperaba más allá de tu mano y año tras año se iban yendo así. "Nací el día del loco y moriré el día del loco" decías y dejame adivinar, no con la voz puesta en el orgullo postizo sino como una cicatriz, un susurro que pide una puerta o un sorbo de alivio, y un día y nada más, solamente un día despejado de nubes negras para poder creer la mentira de estar salvados.

-"Lo poco que tenía lo invirtió en un hueso de lujo para el perro, y en pagar al contado la mejor corona que encontró... para que hubiera flores en su entierro".

"Hoy voy a ver si mi cuerpo resiste los embates dementes de la soledad". Y nadie lo esperaba porque no hubo quién conozca las arrugas más profundas de tu sonrisa. "Y el amor es juego de plebeyos que buscamos ardientes cómo triunfar". Y yo lo sé, una camisa hecha viento puede empujar a todos los veleros, y nadie jamás sospecha qué tempestades hay dentro de la caverna que sopla. Si "a esta vida no hay quién la aguante", si los pies soñaban con un salto, "si me tiro de un balcón y caigo en tu cama", si viste en ese árbol de Palermo un puente que te iba a ayudar a escapar lejos de vos, de vos, fogonazo de un líquido helado, veleta loca, reino de ruidos y también un gato peleador con sed de dragón. Te he descubierto y ya te conocía tan pequeño, tan primo hermano y tan espejo, y nos he llorado a los dos como lloraría un trapo, cuando fue mi luto de arena corriendo por tu voz el que cantó "mañana por la noche el misterio me habrá abandonado al fin".



Y saber que alguna vez cantaste, como un himno a la vida

- Hoy no quiero -
Hoy no quiero ser otro llanto preso a un sueño de ayer
ni tampoco el lamento manto que me impide ver
Quiero ser sombra roja y una puerta abierta al amanecer,
un clarín anunciando el fin de tu atardecer

Hoy no quiero venganza mansa, quiero el fuego también
Ni tu amor enjaulado cansa a quien puedas mi bien
Asesino de nubes, voy queriendo saber quiénes están con quién
un perro rastreando tu piel y tu último amén

Hoy no quiero ser nada, quiero ser aquél que no fui
y en mi pecho ahorcando muero con quien me mata a mí

y en callado combate vamos viendo quién de los dos es el más fiero
si el que muere matando o el que llega primero

Hoy quiero ser futuro vivo, sano y no malherido
Quiero ser hombre alado, silbo que sea entendido,
cazador de sorpresas y una risa completa viviendo en su nido
una espada cantando y una rabia de niño

Hoy quiero irte queriendo donde nadie te quiso
para que el universo ande como sale un verso
desgarrarte el planeta para que seas libre y nadie te mande
respirando y viviendo, ni pequeño ni grande

quiere que me quiéreme
el dia que me quieras...
quiere que me quiéreme
el dia que me quieras...
quiere que me quiéreme
el dia que me quieras...


Mezo Bigarrena fue encontrado ahorcado en los bosques de Palermo el día del loco, un 22 de enero de 1993, día siguiente al que lo vieron loco de contento por haber terminado de grabar al fin su segundo disco.

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